"No te he dado una forma,
ni una función especifica,
a ti, Adán.
Por tal motivo,
tendrás la forma y función que desees.
La naturaleza de las demás criaturas
la he dado de acuerdo a mi deseo.
Pero tú no tendrás límites.
Tú definirás tus propias limitaciones
de acuerdo con tu libre albedrío.
Te colocaré en el centro del universo,
de manera que te sea más fácil
dominar tus alrededores.
No te he hecho mortal, ni inmortal;
ni de la tierra, ni del cielo.
De tal manera, que podrás
transformarte a ti mismo
en lo que desees.
Podrás descender a la forma
más baja de existencia
como si fueras una bestia
o podrás, en cambio,
renacer más allá del juicio de tu propia alma,
entre los más altos espíritus,
aquellos que son divinos”.
Giovanni Pico della Mirandola
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