33 - Llega la vista del ciego
el cuarto poder
A los medios de comunicación se les llama el “cuarto poder”, por su papel crucial en el funcionamiento de los Estados de Derecho y las Democracias.
El término “cuarto poder” es un juego de palabras con la Separación de Poderes. Los tres poderes básicos de la Separación de Poderes son el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial.
Los medios de comunicación no son un poder del Estado, pero dada su gran importancia para el funcionamiento de los otros tres poderes hace tiempo que se le denominó como “cuarto poder”, como si fuera un poder más del Estado.
Hasta la aparición de internet, los medios de comunicación principales eran:
Televisión
Radio
Prensa escrita
Editoriales
Música
Cine
Vamos a analizar la relación de cada uno de ellos con el poder político.
Las licencias de televisión y radio son concedidas por los políticos. Por tanto, salvo raras excepciones, las televisiones y radios siempre han defendido los intereses de los políticos, ocultando hechos escandalosos como la violación de la Separación de Poderes, la estafa piramidal de las pensiones públicas, la corrupción asociada a la intervención del suelo, etc. Estos dos medios, probablemente los más importantes, no han cumplido su función de controlar a los tres Poderes del Estado, salvo contadísimas excepciones.
La prensa escrita no estaba sometida a licencias concedidas por los políticos, pero probablemente nunca ha podido sobrevivir sin la ayuda directa de estos. Imprimir y disrtibuir un periódico por todo un país a diario es un negocio caro. Dos de las principales fuentes de ingresos de los periódicos han sido siempre la publicidad de las administraciones y empresas públicas y la compra de grandes cantidades de ejemplares a diario por parte de todo tipo de organismos y empresas públicas.
Probablemente ninguna empresa dedicada a la prensa escrita hubiera podido sobrevivir sin estos importantes ingresos procedentes de organismos y empresas públicas. Lo que sí sabemos es que todos los periódicos que han sobrevivido durante décadas han contado con estas fuentes de ingresos tan importantes, y ello hace pensar que su independencia del poder político es más ficticia que real.
Respecto a los libros (editoriales), música y cine, siempre ha sido una actividad que se podía desarrollar libremente. Pero es evidente que los libros más vendidos, las películas más vistas y las canciones más escuchadas han sido siempre aquellos que se promocionaban constantemente en las televisiones, las radios y los periódicos. Es decir, los libros, las películas y la música que los políticos (a través de las televisiones, radios y periódicos que controlaban de forma indirecta) querían promocionar.
En el caso del cine, otras de sus fuentes principales de ingresos han sido las subvenciones públicas, dadas por los políticos a aquellos cineastas que defendían sus intereses, lógicamente. También la música ha recibido grandes subvenciones, en forma de conciertos pagados por ayuntamientos a precios disparatados, por ejemplo.
Desde hace décadas ha sido muy difícil, casi imposible, vivir de crear libros, cine o música sin estar al servicio de la casta política.
Luego tenemos que, salvo raras excepciones que han podido escapar a este control de los políticos, ese “cuarto poder” tan necesario para la Democracia ha fallado de forma clamorosa en el ejercicio de su función, convirtiéndose en una parte más de la casta política e impidiendo que en en el mundo hubiera un sistema democrático.
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